miércoles, 31 de julio de 2013

Envidia.

La gente suele pensar que la envidia es un sentimiento negativo que padecen personas egoístas, egocéntricas, que lo quieren todo para sí mismas.

Sin embargo, bajo mi punto de vista, nada más lejos de la realidad: la envidia es, para mí, el sentimiento de personas que protestan contra, nada más y nada menos, que la desigualdad.

Una persona pobre, encarcelada, desatendida, sentirá envidia; mientras que quien es libre, tiene dinero para satisfacer sus necesidades básicas o recibe el cariño suficiente, no.

La palabra envida se inventó, a mi parecer, para que la gente rica y libre tenga una excusa con la que evadir la pobreza y la esclavitud. En lugar de actuar o sentirse culpables por el problema ajeno, juzgan a las demás personas como envidiosas y todo solucionado.

Y lo que es peor: afirman que hay que temer a las personas envidiosas porque pueden hacerte daño... cuando la primera causa de daño del mundo radica en la gente que no tiene la necesidad de sentir envidia.

Así pues, en lugar de mirar mal al varón o la mujer de familia pobre porque siente envidia de que los hijos y las hijas de familias adineradas no pasen hambre; en lugar de mirar mal al niño o la niña que siente envidia porque su padre y su madre no le hacen caso porque se han volcado en atender exclusivamente al bebé que acaba de nacer... deberíamos mirar mal a esa persona realmente tóxica que pone las condiciones negativas en el mundo de tal modo que otras personas acaben sintiendo envidia. 

No hay más que darse cuenta de que en el catolicismo la envidia es un pecado original... ¡mientras sacerdotes y monjas se dan buenos festines de comida!

Por lo tanto, por mi parte, ¡que viva la envidia!, ¡que vivan las quejas!, ¡que vivan la lucha y la protesta!

domingo, 28 de julio de 2013

Para la libertad.

Os dejo otra preciosa canción, creada a partir de un poema de Miguel Hernández e interpretada por Joan Manuel Serrat. Espero que os guste.

lunes, 8 de julio de 2013

La gente religiosa también es atea.

No, no voy a broma: la gente religiosa también es atea. 

Alguien que crea, por ejemplo, en Yavhé o en Alá, es una persona atea de Marte, de Shiva, de Neptuno, de Afrodita, de Thor, de Zeus, de Astarté, de Isis, de Ishtar, de Shakti, de Némesis, de Minerva, de Júpiter, de Odín, de Amon - Ra, de Kundalini, de Baal, de Aserá, de Freya...

La única diferencia que yo tengo con respecto a una persona cristiana, judía o musulmana, al ser ateo, es que voy un dios por delante.

jueves, 4 de julio de 2013

Papá, cuéntame otra vez.

Os paso una dulce y preciosa canción interpretada por Ismael Serrano. Espero que la disfrutéis.