martes, 21 de mayo de 2013

La hipocresía pro-vida.

No voy a entrar en detalles de si el aborto está bien o mal (de hecho, nadie que se considere pro-elección es pro-aborto, en tanto que ningún y ninguna pro-elección promueve el aborto, sino su legalización), de si habríamos de penalizar o no a las mujeres que abortan (en caso de que así se hiciese, habría que encarcelarlas a todas, pues la mayoría de cigotos sufren un aborto espontáneo sin que la madre se entere), o de si un cigoto recién formado es o no es un ser humano (para lo cual, en mi opinión, habríamos de preguntarnos también si cada vez que me como unos puñados de avellanas estoy talando un bosque).

Por el momento solo voy a entrar en el tema hipocresía pro-vida.

Si algo tengo claro es que tú, quien estás leyendo esta entrada, eres una persona ya formada, crecida, con conciencia y sentimientos, capaz de darte cuenta de ti mismo o de ti misma, capaz de razonar, capaz de aprobar o criticar este escrito...

Y si algo tengo claro es que tú, quien estás leyendo esta entrada, vives en un mundo de mierda. Sí, sí, ¡de mierda!

Quizá para ti la vida sea más feliz. Quizá tienes una empresa que te permite tener millones y millones de euros / dólares / pesos / yenes..., y vives felizmente en una residencia de lujo mientras unos cuantos y unas cuantas "infelices" (o como te guste llamarnos) te sirven hasta para lamerte el culo, y mientras buena parte del mundo se muere de hambre o de asco.

O quizá seas, simplemente, uno o una más de este mundo, que trata de luchar día a día, no por vivir, sino ya por sobrevivir, trabajando un montón de horas sin descanso, sin derechos, sin poder hacer lo que te gusta (como salir al cine un día cualquiera con tus seres queridos, como estudiar o ver cómo tus hijos e hijas estudian).

Seas quien seas, el caso es que hay mucha gente en esta sociedad que se encuentra en la segunda situación, es decir, en una condición de esclavitud (pues ya sabemos que en este mundo, no solo se es libre si se tiene dinero, sino que además, tanto tienes, tanto vales).

Y actualmente, en España y el resto del planeta, hay mucha gente que pasa hambre, que no puede permitirse unos estudios, que ya hasta siente recelo de ir a comprar medicinas, que puede quedarse o ya se ha quedado sin Seguridad Social, que sufre un estrés continuo, que se ha suicidado o piensa en suicidarse, que vive en la calle o está temblando de miedo porque pronto un banco puede ponerla de patitas en la calle... Ah, y por si fuese poco, el Gobierno en España y otras naciones recorta cada vez más en educación, en sanidad, en los sueldos... 

Todo esto, en el caso de mi país de residencia, con las excusas de que no queda más remedio y de que la culpa es nuestra "por derrochar" (que traigan un poco de ese dinero que tienen en cuentas bancarias de Suiza y ya veremos si es el pueblo quien ha derrochado o quién lo ha hecho de verdad).

El caso, que en este mundo-basura donde tanta gente sufre tanto, los y las pro-vida se empeñan en que nazcan niños y niñas con el objetivo de que si no fallecen a los 3 días de concepción, mejor que fallezcan de un ataque asma porque el Estado no se encargó de darle el medicamento necesario. O tal vez su interés resida en que la gente pobre traiga al mundo esclavos y esclavas que sirvan a los interesen de las clases dominantes.

Y es que lo que no piensan los y las pro-vida es que si bien una vida podría ser desde la concepción (si damos por buena su premisa), lo que no queda ninguna duda es que al menos lo es, una vez que ha acontecido, hasta que muere.  Y defender los derechos de un óvulo y un espermatozoide que acaban de juntarse, pero no defender los derechos de un bebé que acaba de nacer y tendrá una madre que irá al paro por haberle traido al mundo, además de un padre que no podrá cuidarle por carecer de un permiso por paternidad obligatorio, igual e intrasferible, es hipocresía. Defender los derechos de un cigoto pero no los del derecho a la salud de toda la población terrestre, es hipocresía. Defender los derechos de una célula pero no los de una mujer que va a fallecer por no poder abortar, es hipocresía. Porque, mis queridos y queridas pro-vida, no os engañéis: vuestro intento de defender la vida, en numerosos casos no provoca una muerte, si no dos, la de la madre y, con ella, la del ser que habitaba en su interior.

Y es que, al fin y al cabo, ahí donde se les ve moverse en contra del aborto, no se les ve movilizarse en contra de los asesinatos y delitos que nuestros políticos, banqueros y sacerdotes llevan cometiendo durante años y años; asesinatos y delitos que con la crisis se han visto acentuados.

No, no me pongas esa cara, que es verdad, nadie de los mencionados ha cogido una pistola, pero violar a una criatura o llevarse todo el dinero para dejar a otra persona en la calle, llevándola al suicidio, es un delito.

Y tú, pro-vida, que tan en posesión de la moral absoluta de crees, al no protestar contra el derrumbe de una sanidad para todo el mundo, al promover que una mujer fallezca por tener una gestación extrauterina, al consentir el sufrimiento ajeno cuando a gritos pide la eutanasia, al apoyar a una entidad religiosa con un historial de crímenes tan grande como el de los mayores dictadores, al votar a un partido político que impulsa el neo-liberalismo y al mandar a tu hija a abortar a Inglaterra porque el padre era de piel negra (ya que tu moral es clara: por malformación, aunque la criatura sufra, no se puede abortar, pero por razón de color de piel sí), no solamente eres hipócrita, sino que además, cómplice de todos esos delitos, cómplice de numerosos dolores y, ante todo, pro-muerte.

3 comentarios:

Tina dijo...

Justo hace poco hablé de eso en una entrada, sólo que con respecto al propio tema de ser pro-vida (sin meterme en la ideología que tengan con las personas ya nacidas). Por una parte me llama la atención que nunca haya visto ni oído hablar acerca de multitudes antiaborto protestando en las clínicas de fertilidad, donde se fabrican montones de embriones de los cuales sólo uno o dos se implantan en el útero de la mujer, quedando el resto allí congelados o siendo desechados (ayer vi por primera vez una noticia en que Rouco o no sé si Mayor Oreja se quejaban de eso). Y es curioso también que, como mencionas al principio, pese a que uno de cada cinco embarazos acaba en aborto “natural” en el primer trimestre, muchas veces sin conocer la causa, nunca haya oído a nadie preocuparse por todos esos embriones muertos, exigiendo mayor investigación al respecto o campañas de prevención como las de las drogas o accidentes de tráfico. Parece que las únicas muertes de embriones y fetos que importan son aquellas que la mujer provoca queriendo controlar su sexualidad (qué casualidad).

Sin embargo, por otra parte también me parece muy hipócrita que alguien pueda declararse pro-vida estando a favor del aborto en casos de violación o malformaciones, porque:

"El primer caso pone en evidencia que para estos antiabortistas lo que realmente les importa no es el embrión-feto, sino el control del cuerpo de la mujer. En tanto que se culpabiliza a la mujer por tener relaciones sexuales sólo se le permite a ésta no sufrir su “castigo” si estas relaciones fueron contra su voluntad: si has mantenido relaciones sexuales consentidas te jodes y aguantas las consecuencias; si no fueron consentidas, te dejamos librarte de esas consecuencias ¿Cómo se entiende de otra forma que el indefenso embrión-feto cuyo derecho a la vida tanto se preocupan por defender pase ahora a poder ser legítimamente asesinado sólo porque su madre ha sufrido una agresión? ¿Qué culpa tendría ese embrión-feto de que esa mujer sea violada? Por ello, o bien la cuestión es la culpabilización y control del cuerpo de la mujer, o bien una especie de ley de Talión desfocalizada, algo así como un “como te han roto las piernas te dejamos que mates a tu hija de 11 meses, porque que te rompan las piernas es una putada, así que se te permite desahogarte con otro”, lo cual es más absurdo todavía, por lo que me inclino a concebirlo como la primera opción.

El segundo supuesto muestra también su hipocresía, al menos en la mayoría de los casos. Si partimos de la base de que los embriones o fetos humanos son (para ellos) individuos con el mismo valor moral que los ya nacidos, y se acepta el abortar a esos embriones o fetos en caso de malformaciones o disfunciones intelectuales, esto trae como consecuencia inevitablemente que esas personas están a favor de asesinar legítimamente a cualquier individuo con disfunciones intelectuales o malformaciones (ya nacido, vaya). Y lo que es más, no sólo se debería aceptar esta muerte de forma eutanásica tras preguntarle a los individuos en cuestión si la desean, sino que darles muerte sería legítimo con o sin su consentimiento, pues al fin y al cabo al embrión-feto nadie le pide consentimiento, sino que se decide por él qué es lo mejor. Quien estuviera a favor de esta eugenesia radical no pecaría de contradicción alguna al aceptar el supuesto de malformaciones o disfunciones como legítimo para provocar un aborto; no obstante, para la mayoría de los individuos -que no estarían a favor de esta medida- , se hace evidente que la consideración moral que se tiene por el embrión-feto no es la misma que por el individuo ya nacido, y por tanto no consideran a los embriones-fetos plenos seres humanos que haya que respetar, al igual que los pro-elección."

(De: http://reciclajeneuronal.blogspot.com.es/2012/07/el-derecho-al-aborto.html )

Perdona la longitud del mensaje xD

sepoyoni dijo...

También podemos voltearos la tortilla a los abortistas, pues os preocupáis por las ejecuciones de homosexuales en Medio Oriente, por el sufrimiento de un toro en la tauromaquia, por los asesinatos de mujeres a manos de sus maridos, pero no por las horribles ejecuciones de fetos.

Enrique dijo...

La diferencia está en que quienes nos preocupamos por los y las homosexuales, por los animales, las mujeres... nos preocupamos por seres vivos ya nacidos, formados, conscientes y que sufren...

Tú, por el contrario, te preocupas por una semilla y me hablas del aborto como si me estuvieses diciendo que comer frutos secos equivale a talar un bosque.

Pero el huevo es el huevo; y al pollo es el pollo. Y si de verdad piensas que un huevo es un pollo, pide que en la carta de los restaurantes no ponga "huevos con beicon", sino "pollo con beicon".