martes, 2 de abril de 2013

¿Y si yo no soy yo, sino que soy una mesa?

Hace unos días, una persona agnóstica, hablando sobre religión y sobre mi ateísmo, me dijo que tenía que estar abierto a todas las posibilidades; que al igual que Dios podría no existir, también podría sí existir. "¿Y si existe?", me preguntaba esta persona. Bueno, imagino que entonces debería caber también la pregunta de: ¿y si existen Isis, Thor, Ishtar, los unicornios, Darth Vader, Lighning, Mew, Angewomon, Astarté, Shiva, Shakti, los sheks y el señor oscuro Saurom, en lugar de Alá, Yavhé, Jehova, o como se quiera llamar al dios del cristianismo, el judaísmo y el islam? Ah, no, claro, que cuando se habla de dejar la puerta abierta a la existencia de un dios, lo que en realidad quieren decir es "deja abierta la posibilidad de que exista mi dios y no el del pueblo vecino.

El caso es que esta persona me comentaba que es importante mantener un espírtu crítico y pensar. Pues bien, he aquí mi primera reflexión:

¿Y si yo no soy yo, sino que soy una mesa?

No, no, no voy a broma. ¿Y si en verdad lo soy? ¿Eh? ¿Eh? A ver, ¿quién me responde a esto, por favor? ¿Y si yo no soy yo, sino que soy una mesa?

Vamos, vamos, que tenemos que ser personas abiertas a toda, TODA, posibilidad, por muy absurda que parezca...

6 comentarios:

Tina dijo...

No veo por qué no xD pero eso ya depende de la fiabilidad que tú le otorgues a tus percepciones y a tu razón. Yo lo que creo es que de acuerdo a mis ya limitadas facultades humanas todavía más limitadas (o concretadas, mejor dicho) por mi particular genética y cultura, la idea de que esas cosas sean así me resulta bastante inverosímil, lo cual me lleva a no creer en ellas y desarrollar mi día a día ignorando la posibilidad de su existencia, pero lo que yo crea o no crea o comprenda o no pueda comprender dudo que sea reflejo de lo que pueda o no pueda existir. Hay millones de casos de cosas que hasta hace unos años resultaban totalmente inverosímiles y con el desarrollo de "la ciencia" ahora nos parecen de lo más básico.

Me resulta antropocéntrica la idea de que porque algo nos resulte ilógico o absurdo eso ya lo convierta en imposible, como si no interpretásemos “el mundo” de una determinada forma, sino que lo percibiésemos tal cual es “objetivamente”. Y bueno, todo esto es otra creencia más, claro.

Dicho esto, obviamente en mi día a día parto de premisas, utilizo los conceptos de “verdad” y “mentira” y ese tipo de cosas, pero si me pongo a reflexionar directamente sobre epistemología en esos términos… creo que soy escéptica. Y con respecto a los dioses me considero agnóstica atea.

mamisepa dijo...

A propósito de la última frase de Tina, ¿qué diferencia hay entre un agnóstico y un ateo? Yo creía que eran lo mismo...

Enrique dijo...

Tina:

Ciertamente, no interpretamos el mundo desde una perspectiva puramente objetiva, pero no podemos dar el visto bueno a la idea de que, como somos seres subjetivos, hay que dar por válido cualquier punto de vista o cualquier idea. Si no, por esa regla de tres, podemos caer, en mi opinión, en el error de decir, por ejemplo, cosas como:

"Nunca puedes torturar a un animal. Ellos no sienten. Es tu percepción la que te hace creer eso, pero es mentira".

O...

"Las placas tectónicas no producen los terremotos, sino dioses y diosas que se enfadan porque hagas el amor antes del matrimonio, así que obedece mis órdenes y no tengas sexo".

O...

"No es que yo te esté dando patadas en el estómago; es que tu estómago se encuentra en medio de la trayectoria de mi pierna".

Está bien la apertura mental a diferentes puntos de vista. No lo niego. De hecho yo trato de ser todo lo abierto posible. Pero con un poco de sensatez y de moral.


Mamisepa:

Por lo que tengo entendido, la diferencia entre una persona atea y otra agnóstica, es que la persona agnóstica no cree en dios (o en la diosa, o en dioses y diosas), pero se mantiene abierta a la posibilidad de que pueda/n existir. Afirma que es tan imposible demostrar la existencia de las divinidades, como su no existencia, por lo que no rechaza la posibilidad de la existencia a pesar de no creer.

Una persona atea es aquella que no cree en absoluto ni piensa que pueda existir un ser divino. Y ésta es la postura en la que yo me encuentro.

Saludos.

mamisepa dijo...

Gracias. Pues entonces, tal vez yo sea agnóstica en lugar de atea, que es lo que yo pensaba que era. Porque a mí no me gusta decir de nada que es imposible. De hecho, con los años, sólo digo eso de "Sólo sé que no sé nada". Saludos

Tina dijo...

"pero no podemos dar el visto bueno a la idea de que, como somos seres subjetivos, hay que dar por válido cualquier punto de vista o cualquier idea. Si no, por esa regla de tres, podemos caer, en mi opinión, en el error de decir, por ejemplo, cosas como: X"

Es que no entiendo de dónde sacas esas cosas, cuando son igual de dogmáticas que lo que yo estoy rechazando. Ni obedeceré las órdenes de nadie ni le dictaré a nadie cómo son y cómo no son las cosas como si yo tuviera la verdad absoluta. Yo tengo mi percepción sobre las cosas y me guío por ella, y en la medida en que los demás me entiendan o parezcan entenderme compartiendo conmigo las premisas de las que parto para comunicarme, podré relacionarme con ellos. Yo no tengo ninguna obligación de aceptar premisas de los demás que para mí son absurdas, lo único que digo es que yo no creo tener la verdad sobre las cosas, y por tanto no creo que mis criterios sobre sensatez y moral, como dices, sean más válidos que los de cualquier otro. Sin embargo, eso no implica que esté obligada a respetar todas las premisas.

Me fastidia que cuando hablo de escepticismo o relativismo todo el mundo deduce automáticamente que si soy relativista significa que respeto y exijo que todo el mundo respete cualquier tradición, idea o acción de cualquier otra persona o sociedad, porque el bien y el mal son relativos… me parece que decir eso es no entender en absoluto el relativismo, porque ¿en base a qué, si no creo en el Bien ni el Mal, establezco que se deban respetar los gustos o creencias de nadie? ¿acaso imponer la tolerancia absoluta no es precisamente dar por hecho que la tolerancia es un valor positivo absoluto? ¿y acaso hablar en términos de “deber hacer” no es ser moralmente dogmático? Yo soy vegana y feminista y antiadultista y anti otras formas de discriminación porque soy un ser empático y no me gusta que los demás sufran o sean discriminados, por lo que trato de causarles a los demás el menor daño posible. No necesito inventarme una idea de Bien absoluto para someterme a ella, ni necesito tampoco basarme en esa idea para hacer activismo por mis causas: lucho por un mundo más justo e igualitario por puro egoísmo, porque el sufrimiento ajeno me hace sentir mal y el que cada vez más personas sean más respetuosas con los demás me hace sentir bien, por eso trato de convencer a la gente para que lo sea. No creo en el altruismo, por lo que no necesito inventarme un universo moral con deberes, culpas y valores absolutos para justificar mis actos o sentirme más buena persona por cumplir con esas leyes.


Mamisepa, la diferencia entre un ateo y un agnóstico es que el ateo afirma que Dios no existe, dice saber que Dios no existe, mientras que un agnóstico no cree que pueda (o podamos) tener nunca conocimiento de algo así, sino que es una cuestión que escapa a la capacidad de la mente humana (o de su mente), y por tanto no se posiciona al respecto. Un agnóstico ateo o ateo agnóstico (postura con la que más me identifico) mezcla ambas posiciones: no cree en la existencia de Dios, cree que no existe porque le parece lo más probable o lo que le dice su intuición o lo que sea, pero no afirma saber que no exista ni cree que pueda tener conocimiento cierto sobre esas cuestiones.

Un saludo.

mamisepa dijo...

Tina, gracias a ti también. Me reafirmo entonces en que soy mucho más agnóstica que atea, vaya, yo que siempre me declaré atea. Aunque tb me identifico mucho con lo que dices: agnóstica atea. Un saludo.